La tierra es de quien la trabaja o la información es de quién la produce...
En la actualidad, nos encontramos interactuando constantemente con fuentes que almacenan, procesan y comparten datos todo el tiempo con el mundo. Hace unos pocos años esa información era para uso exclusivo de quien la almacenaba y mantenía control total sobre ella. Eran los monopolios de los datos que existían como instituciones financieras, redes sociales, y plataformas de todo tipo. Conforme la percepción de la misma ha progresado, hoy se vuelve dueño aquel que genera la información desde un principio; es decir, tú. Tú decides con quien y para qué (cada vez más) la compartes. El poder hacerlo se resguarda bajo el concepto de Open Data.
¿Qué es Open Data?
El Open Data o "datos abiertos" es aquella información que se encuentra disponible para un público general, es de libre acceso y se puede utilizar para efectos de re-dirección o distribución universal; todo esto siempre y cuando existan las condiciones necesarias.
El Open Data se utiliza a través de todos los sectores e industrias. De forma general, en Latinoamérica la gran mayoría de las empresas utilizan esta información para mejorar operaciones y obtener consultoría gubernamental, en medios y ambientalismo utilizando fuentes demográficas, sociales y económicas de libre acceso. Como ejemplo existe QEdu, un portal que disponibiliza información referente a la calidad de la educación de las escuelas en Brasil. Esto lo logran a través del acceso y análisis a fuentes como los censos públicos, notas periodísticas y portales del Ministério da Educação (MEC) por ejemplo.
Los Sub-Mundos financieros de la información abierta
Si nos adentramos aún más en los datos abiertos, existe una corriente dirigida hacia el uso financiero de la información. En Latinoamérica, el auge de los productos financieros ha venido acompañado de una necesidad latente por generar inclusión financiera en segmentos de la población que anteriormente contaban con acceso limitado. De forma paralela (y como ya mencionamos), se ha impulsado legislación que ha vuelto a los usuarios los propietarios de su información habilitando su divulgación libre y consentida.
Dentro de este mundo existe el Open Finance. En Open Finance se busca utilizar la información financiera que no es estrictamente bancaria generada a través de distintos sistemas. Esta información se compone de todo tipo de instituciones; desde los datos de las entidades fiscales, aseguradoras, fondos de pension o incluso los proveedores de servicios como las compañías telefónicas. En este sector, está Palenca como API que extrae y procesa los datos de entidades de seguridad social como el IMSS y el ISSSTE. Con dicho acceso, terceros puedan visualizar la identidad, ingresos, y empleo del sector formal en México (siempre y cuando haya un consentimiento de por medio) y con esto tomar decisiones de crédito y/o reclutamiento por ejemplo.
Finalmente, dentro del Open Finance está Open Banking. Este busca dar acceso (mediante credenciales) a las cuentas bancarias de los colaboradores de ciertos países para un análisis de transaccionalidad de ingresos y egresos. Como agente principal en Latinoamérica existe Finerio. La API de Finerio permite el acceso a la información contenida de los colaboradores dentro de instituciones bancarias como BBVA, Banorte, y Santander entre muchas otras.
La regulación y gobernanza como uno de los retos...
Como se podrá comprender, el panorama hoy tiende hacia una mayor libertad de la información, sin embargo esto trae consigo numerosos retos. Como uno de los principales, se encuentra el reto legal. Esto implica que la protección hacia los consumidores y distribuidores de la data aún se encuentra con ciertas vulnerabilidades. A pesar de ser cierto, al día de hoy hay mucho más avance de lo que parece...
Por lo general, el avance regulatorio en torno a las nuevas tecnologías siempre trae consigo un rezago natural. Con el tiempo, la legislación rebasa al progreso tecnológico cubriendo lo mínimo y más. Esto fija un piso para los próximos desarrollos del futuro. En materia de "Open Data", Latinoamérica se encuentra con un rezago en legislación, pero con el tiempo esta distancia se acorta cada vez más. Como un parteaguas en la región, la Ley Fintech de México publicada en marzo del 2018 asentó bases respecto a quienes y porque son los dueños de los datos. Este proceso seguirá dándose de forma gradual pero es evidente que el futuro tendrá contemplados los datos de todos como medios de expresión libre y con bases legales sólidas. Ahora, el reto legal solamente es uno de los retos.
De hoy hacia adelante...
Con miras hacia el futuro y desde cierta óptica, nos espera un mundo complejamente comunicado entre sí con ciclos de aprendizaje cortos y constantes incrementos en eficiencia. El futuro del "Open Data" deberá (y está siendo) un proceso colaborativo con el objetivo de proporcionar beneficios de carácter civil. Se irá dando de la mano con avances en infraestructura, conciencia cultural, inversión y la ya mencionada regulación.
Está en manos de todos, tanto de los habilitadores como de los usuarios, compartir la información para que de esta misma se pueda obtener un provecho. Mucho está por determinarse e incluso podríamos enfrentarnos a posibilidades sobre cómo resolver problemas que nunca antes habíamos considerado.
El tiempo dictará el ritmo de los datos, la gente su dirección y provecho.